Su corazón latió para avivar el mío
Sus ojos se abrieron para verme vivo
Su dolor se transformó en mi alivio
De sus rosas carmesí hizo entrega
Para aflorar mi inhábil jardín
De su vientre brotó la fuerza
Que desde entonces viviría en mí
¡Oh, madre del alma
lástima no haberte conocido!
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